Cuando un político o funcionario
gubernamental pierde la confianza de los ciudadanos, se devalúa
estrepitosamente y es difícil que vuelvan a creer en él. Francisco García
Cabeza de Vaca anunció que está contagiado del Covid-19 pero fueron pocos los
que le desearon pronta recuperación.
El problema es que no tiene
credibilidad y de eso dejaron constancia un gran número de personas, que
subieron a redes sociales, especialmente twitter, mensajes de burla, choteo,
vacilón, a costillas del Gobernador.
Son muchas las opiniones que
coinciden en señalar, que Cabeza se inventó la enfermedad para que le tengan
lástima, en estos momentos en que su popularidad está por los suelos.
Otros muchos afirmaron que el
contagio es una cortina de humo, una maniobra de distracción, para que la gente
no se ocupe de comentar el asunto de la abogada Susana Prieto Terrazas, puesta
en libertad ayer.
La defensora de derechos sindicales
fue privada de la libertad de manera ilegal, con delitos inventados y sin
derecho a fianza. Una formidable presión ejercida a nivel local, nacional e
internacional, obligó al Gobernador a liberarla.
El gobierno estatal panista quedó en
ridículo y en evidencia con este episodio, pues quedó establecido sin lugar a
dudas, que se trata de un Gobernador represivo, intolerante, con desplantes
dictatoriales.
Los congresistas estadounidenses
firmaron una carta dirigida al gobierno de Donald Trump, para solicitaler que
se hicieran gestiones ante el gobierno mexicano, a efecto de conseguir la
inmediata libertad de la señora Prieto.
También intervino la Comisión
Nacional de Derechos Humanos, el Senado de la República y otras instituciones,
de tal manera que abrumaron a Cabeza de Vaca con reclamos hasta obligarlo a
corregir la terrible injusticia cometida con ella.
Otros bromistas de las redes sociales
le inventaron la patraña de que no enfermó del coronavirus, sino que tuvo un
acceso de diarrea y como no se trata de nada elegante, inventó lo del Covid-19.
También crearon el cuento de que
Francisco tuvo el contagio en su visita a la estética, donde se hizo teñir el
pelo.
Hubo otras variantes, como el del
internauta que aseguró categóricamente, que Cabeza usa como escudo
justificatorio el coronavirus, para disfrazar sus vacaciones en algún lugar
remoto y exótico.
Pero esta teoría cae por su propio
peso, pues el Gobernador nunca se ha preocupado por cubrirse las espaldas, dar
explicaciones o pedir permiso. Hace lo que quiere, a la vista de todos, sin
temor a recriminaciones.
Otra versión es que el gobierno
estatal panista está “inflando” los números de contagios y fallecimientos, para
pedir apoyos económicos al gobierno federal de más alta cuantía, pues el dinero
se entrega en proporción al volumen del problema.
Y que para acabar de conmover a los
funcionarios federales, el propio Gobernador cayó víctima de la epidemias,
aunque sea de mentiritas.
Cierto o no, existe preocupación
entre las personas que lo vieron en Soto la Marina, inaugurando un parque
infantil de béisbol, pues estuvo cerca de niños que no tenían la protección del
cubre-bocas.
También debe ser un escándalo el
número de personas del entorno del Gobernador que deben estar contagiadas, como
su señora esposa, sus secretarios, asistentes, guaruras, choferes, pilotos,
carga-maletas.
Cabeza de Vaca no podía desaprovechar
esta oportunidad para victimizarse y sacar raja política de la presunta
enfermedad, pues se hizo entrevistar por su grupo favorito de periodistas
chilangos, en radio y televisión.
Pepe Cárdenas, Ciro Gómez Leyva,
Joaquín López Dóriga y otros comunicadores menos conocidos, abrieron sus
espacios al Gobernador de Tamaulipas, para que les diera pormenores de sus
achaques.
Son intervenciones en la radio muy
caras. Cabeza de Vaca repudia a la prensa tamaulipeca, pero adora a los
periodistas chilangos. Y se los demuestra, con la chequera abierta.
Y de paso, Cabeza rindió en la radio
mini-informes de su gestión de cuatro años, dibujándose él mismo, como el mejor
Gobernador que ha tenido Tamaulipas en su historia.
Amigos que lo escucharon hablar, nos
comentan que Cabeza tiene más acentuada su tartamudez.
Cabeza iba a estar este día en
Guanajuato, en la reunión semanal de los Gobernadores rebeldes, pero debió
cancelar con motivo de su supuesta postración domiciliaria.
Por su parte, la Secretaria de Salud
Gloria Molina Gamboa, emite diariamente reportes vespertinos con números
actualizados de contagios y fallecimientos, repitiendo las recomendaciones de
los expertos, para el auto-cuidado.
Pero la gente no hace caso,
especialmente en Reynosa.
La ciudad martirizada por la
violencia, gobernada por Maki Ortiz Domínguez, tiene el récord estatal de
víctimas, pese a que la presidenta municipal jura que gastó 60 millones de
pesos en prevenir la enfermedad.
El más reciente reporte oficial, de
fecha miércoles 1 de julio, era de 312 nuevos enfermos en Tamaulipas, así como
13 fallecimientos.
Francisco Cabeza emitió un
video-mensaje un día antes de caer enfermo, donde pidió a los tamaulipecos
extremar las medidas de prevención, pero por lo visto él mismo fue imprudente
pues se contagió.
Es el video donde Francisco muestra
el pelo de color diferente, especial, lo que dio lugar a bromas, chascarrillos,
chistes, porque el teñido lo hace aparecer más frívolo, vanidoso, pueril.
El pelo es la comidilla del día, no
la enfermedad. Algunos guasones llegaron a compararlo hasta con Paquita la del
Barrio.
En la historia política moderna de
Tamaulipas, sólo Manuel Cavazos Lerma ha tenido el nivel de impopularidad,
chanceo, repudio, desaprobación, del Gobernador Cabeza de Vaca.
Cavazos era la burla de la sociedad
por su adoración al esoterismo, la meditación trascendental, las pirámides, el
maharishi, el nuevo despertar de conciencias y otras filosofías exóticas.
Tienen ciertas coincidencias, Cavazos
y Cabeza. Ambos se creían infalibles, dueños de Tamaulipas, poseedores de la
verdad absoluta.
Con una diferencia, Cavazos es un
científico, un sabio, con acervo universitario. Es muy inteligente.
Cabeza, es Cabeza.
(Agencia de Servicios Informativos).
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