Por Edgar Joel
Yépez Ibarra
La alta cultura
política comienza cuando se tiene la capacidad y humildad de escuchar al que
piensa diferente, con fin de tomar y agradecer lo que pueda ser útil para
beneficio de todos.
Es tiempo de darse
un espacio para la reflexión, atemperar los ánimos, y para la sana
rectificación. Dejemos de etiquetarnos
como fifís, o chairos. No es sano culpar a factores externos de lo que ocurre
en México, lo que hace falta es buena
política. Son los actos, son las acciones negativas los que hacen perder la
confianza en la autoridad. Son las incongruencias, el poco respeto a las
instituciones, es el estancamiento económico y la inseguridad sin freno, los
que están haciendo crecer el desencanto.
Saber escuchar el
sentir social ayuda a rectificar; poner oídos sordos a los reclamos es ir al
precipicio.
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