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A finales de 2019, cerca de Blaine,
Washington, se informaron dos avistamientos de avispas inusuales de color
intenso con marcas anaranjadas y negras, y aguijones largos. La investigación
realizada reveló que se trataba de avispones asiáticos gigantes, las avispas
más grandes del mundo, que miden 5 cm de largo.
Los científicos temen que estos
avispones puedan extenderse por todo Washington, e incluso a otros estados, lo
que representaría un peligro para las abejas estadounidenses (cuya población ya
está disminuyendo), y los humanos.
Se desconoce cómo llegaron estos
insectos a los Estados Unidos. Pero la noticia se ha difundido y en las redes
sociales los insectos ya se conocen como "avispones asesinos". Una de
las principales características de estos depredadores, nativos del este de Asia
y Japón, es que destruyen las colonias de abejas melíferas.
En sus hábitats nativos estos
insectos han causado la muerte de numerosas personas, ya que poseen veneno
tóxico en sus grandes aguijones: en Japón, un total de 30 a 50 personas mueren
cada año por las picaduras de los avispones.
En 2013, las poblaciones de avispones
fueron notablemente altas y acabaron con la vida de 42 personas en una sola
provincia china. La mayoría de los incidentes graves ocurren cuando las
personas se acercan a las colmenas de los insectos o las perturban.
Estos insectos "son
tremendos", comenta Chris Looney, entomólogo del Departamento de
Agricultura del Estado de Washington. "Estoy muy preocupado”.
Al mismo tiempo, con referencia al
apodo de "avispón asesino", Looney advierte que no es un término
preciso. Explica que nunca había oído hablar de los insectos de esa manera
antes de las noticias por el reciente hallazgo, y no comparte esa forma de
llamarlos.
"Me preocupa que la gente ya les
tenga demasiado miedo a los insectos por razones poco claras", dice
Looney. De todos modos, reconoce que esa denominación ominosa tiene un aspecto
positivo: “Parece haber llamado la atención de la gente. Solo espero que el
apodo sensacionalista de ‘avispón asesino’ nos ayude a comprender un poco mejor
nuestros ecosistemas".
Depredadores voraces
Hasta el momento los investigadores
no pueden confirmar cómo es que llegaron estos avispones. Looney sostiene que
lo más probable es que se hayan quedado atrapados accidentalmente en
contenedores enviados desde alguno de los países de donde son nativos.
A fines de 2019, en la vecina ciudad
de Nanaimo, Canadá, se encontró y destruyó una colmena entera de estos
insectos. Pero las pruebas genéticas sugieren que esos avispones gigantes
llegaron por separado.
Los avispones asiáticos gigantes de
Japón y Asia Oriental ya constituyen especies invasoras en otras naciones, como
Corea del Sur. Estas avispas sociales forman colonias con una reina y muchas
obreras, que pueden recorrer más de 10 km desde la colmena para buscar comida. Se
alimentan de muchos tipos de insectos, pero parece que su plato favorito son
las abejas.
Looney explica que cuando encuentran
abejas melíferas, los avispones comienzan mordiéndoles las cabezas con sus
grandes mandíbulas. En 90 minutos, actuando de esta manera, un pequeño grupo de
avispones asiáticos puede destruir a las abejas obreras de una colonia entera.
Luego, los avispones proceden a
comerse las abejas. Ocupan el nido de estas durante una semana o más, y se
comen las pupas y las larvas. Luego alimentan a sus propias crías.
Las abejas melíferas europeas (Apis
mellifera), principales polinizadores comerciales, no tienen forma de
defenderse de los avispones asiáticos gigantes. Si bien se han visto abejas
picando a estas avispas, parece que el ataque no tiene ningún efecto.
Por el contrario, las abejas
japonesas (Apis cerana japonica), que han evolucionado a la par de los
avispones gigantes, han encontrado una manera de protegerse. Formando un
enjambre en torno a los invasores y batiendo sus alas hasta que esta "bola
de abejas" alcanza temperaturas superiores a los 46 °C, las abejas
calcinan a las avispas y las sofocan con dióxido de carbono.
Según comenta Looney, los avispones
asiáticos gigantes también podrían perjudicar gravemente a polinizadores como las
especies de abejas nativas, muchas de las cuales ya sufren la competencia con
otros insectos exóticos.
Jun-ichi Takahashi, investigador y
experto en avispas de la Universidad de Kyoto Sangyo en Japón, coincide en que
el daño de esta avispa al medio ambiente podría ser significativo por donde sea
que se extienda, y apoya los esfuerzos para contener la propagación.
En una entrevista por correo
electrónico, Takahashi sostuvo que el apodo de avispón asesino no es
desacertado porque la especie es tan peligrosa como la abeja africana, especie
conocida como abeja asesina. Esa abeja invasora llegó a Texas en 1990 y ha
colonizado partes del sur de los Estados Unidos, y causado la muerte de varias
personas.
Takahashi cree que "los
estadounidenses no entienden del todo lo agresivos y tóxicos que son estos
avispones".
Detener la propagación
Looney sostiene que, si los avispones
no desaparecen en los próximos dos años, es probable que ya no pueda detenerse
la propagación en los Estados Unidos.
Hasta el momento, solo hubo dos
avistamientos de avispas obreras de la especie cerca de Blaine, lo que sugiere
que es probable que haya una colonia en la zona. En invierno los nidos quedan
inactivos y si alguna de las reinas se ha apareado, se dispersarían para formar
nuevas colmenas. Actualmente, Looney y otros investigadores están colocando
señuelos para tratar de capturar a las reinas.
En el verano los investigadores
colocarán cientos de trampas para seguir buscando reinas y obreras, que
emergerían en el verano si se establecieran nuevas colonias. Looney explica
que, posteriormente, podrían colocar collares transmisores de radio para poder
rastrear las avispas hasta sus nidos y destruirlas.
Debido a que los avispones hacen
colmenas subterráneas que generan calor, Looney y sus colegas también están
experimentando con tecnologías de imágenes sensibles al calor para rastrear las
colmenas.
Así y todo, "será difícil
detener al avispón, pero tenemos chances", comenta Looney.
Conoce a los avispones
Los avispones asiáticos gigantes
tienen aguijones de 0,6 cm de largo, capaces de perforar el equipo protector
que normalmente usan los apicultores. La investigación realizada muestra que
incluso en personas que no son alérgicas, con menos de 50 picaduras, una
persona podría perder la vida debido al daño renal producido.
Desde que los avispones inundaron los
informativos y periódicos de Estados Unidos, Looney recibido toneladas de
correos electrónicos de estadounidenses preocupados que creen haber visto el
insecto. Looney les asegura que solo se han confirmado dos avistamientos del
avispón asiático gigante en los EE. UU., y que las personas que creen haberlo
visto en el este de Norteamérica probablemente lo estén confundiendo con el
avispón europeo (Vespa crabro), de apariencia similar pero menos agresivo y
peligroso.
"Si en el este del Mississippi,
alguien se topa con un insecto de estas características, no debería dar por
sentado que se trata de un avispón asiático gigante. Lo más probable es que no
lo sea", sostiene Looney